Los
modelos de simulación que emplean la Dinámica de Sistemas ofrecen una base para
tomar decisiones en base a los resultados obtenidos, y también por el análisis
de los efectos observados a corto, medio y largo plazo de las acciones
propuestas. En concreto los modelos permiten:
1.- Facilitar
la comprensión de una situación compleja.
Los
modelos permiten realizar una síntesis de los aspectos esenciales de un
problema. La estructura de los sistemas provoca el comportamiento que
observamos, pero esta estructura no es visible con facilidad. Los modelos nos
permiten un mejor análisis de la estructura real, y su comprensión y validación
según unos patrones de coherencia. Cualquier intento de modificar el
comportamiento de un sistema pasa por conocer bien su estructura interna.
2.- Identificar
los elementos más sensibles.
Los
sistemas son muy sensibles a un reducido número de causas. Los modelos de
simulación permiten identificar los elementos del sistema a los que este es más
sensible. Si nuestro propósito es modificar el comportamiento del sistema, la
identificación de estos elementos nos permitirá modificar su estructura y por
lo tanto su comportamiento, de una forma muy eficiente.
3.- Analizar
múltiples alternativas.
Los
modelos permiten comparar el efecto de las acciones previstas de una forma muy
clara, y también permiten comparar los resultados que tendrán diferentes
acciones alternativas, en sus diferentes horizontes o plazos.
4.- Proponer
con claridad las acciones a tomar.
Toda
propuesta de solución de una situación conflictiva o compleja presenta la
necesidad de traducir los conceptos y cálculos técnicos a las conclusiones
finales. Los modelos permiten exponer con claridad las diferentes propuestas
analizadas, y los motivos que permiten sugerir una en relación a las otras.
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